Recomendaciones básicas de higiene postural

La higiene postural es importantísima para evitar daños potenciales, principalmente, en nuestra espalda. La mayoría adquirimos malos hábitos de postura como sentarnos de cualquier modo o permanecer un tiempo excesivo sin cambiar la postura, son solo algunos ejemplos. El dolor de espalda afecta a un alto porcentaje de la población y, en buena parte de los casos, se deben a que nos hemos hecho cómodos y hemos obviado la importancia que tiene a la larga una buena salud postural.

Debemos trabajar esta cuestión y ser constantes para evitar dolores no deseados en un futuro. Por ello, en este artículo explicaremos algunas recomendaciones básicas de higiene postural a tener en cuenta.

🏋️ Consejos preventivos de higiene postural

Aunque la higiene postural es en sí una medida preventiva, también tiene como objetivo corregir las malas posturas a las que estamos habituados mediante una serie de normas, consejos y actitudes muy básicas. Es importante tomar consciencia de algunos de estos consejos preventivos que, aunque parezcan obvios, no practicamos generalmente.

¡Huye del sedentarismo! Practica un deporte adecuado a tu estado físico y mantente activo.

Evita los movimientos bruscos y las posturas forzadas en largos espacios de tiempo.

Siéntate correctamente. No te dejes caer en el sofá, hazlo de forma suave.

Cargas pesadas. Da igual que forme parte de tu trabajo o que sea una tarea doméstica, si vas a manipular un objeto pesado, flexiona las rodillas y mantén recta la espalda.

✔️ Recomendaciones básicas

Sentado. Debes mantener apoyados los pies en el suelo y las rodillas al nivel de las caderas. Si trabajas con un ordenador, asegúrate que tienes 45 cm entre la pantalla y tus ojos. Tus brazos, alineados con el teclado y en forma de 90º. Es fundamental que te levantes cada cierto tiempo (lo aconsejable es cada 50 minutos) y realices unos breves ejercicios de rotación de cuello y hombros para evitar cargas musculares.

Acostado. La recomendación de los expertos es la de dormir boca arriba, ya que obliga a permanecer recta a tu espalda y proporciona una respiración fluida. La alternativa es situarnos ligeramente de costado con la pierna del lado al que nos hayamos girado estirada y la otra flexionada.

De pie. Cambia la postura cada poco tiempo. Apoya una pierna en algún objeto elevado para mantenerla flexionada levemente y ve cambiando de pierna. Utiliza calzado cómodo y, en la medida de lo posible, camina un poco para mantener activas tus piernas.

Estaremos encantados de ayudarte con tu salud postural ¡Llámanos!

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar