¿Qué es un esguince de rodilla?

Una lesión bastante frecuente en la práctica de deportes de impacto es el esguince de rodilla, que suele producirse por movimientos o giros bruscos. Una patología que también se da fuera del ámbito deportivo, ya que la lesión puede tener su origen en un traumatismo anterior.

Un esguince de rodilla es un traumatismo que se origina como consecuencia de un estiramiento excesivo, desgarre parcial o rotura de los ligamentos que cubren la articulación. Cuando se produce un estiramiento súbito, el esguince es clasificado como Grado I. Si hay desgarre (rotura parcial de fibras), se dice que es un esguince de rodilla de Grado II. Por último, si existe rotura total del ligamento, estaríamos hablando de un Grado III.

Síntomas, causas y tratamiento del esguince de rodilla

Los ligamentos de la rodilla son cuatro: dos externos, el ligamento externo medial y externo lateral; y dos internos, el cruzado anterior y cruzado posterior. Los síntomas de desgarro o rotura en uno o varios de estos ligamentos suelen expresarse en el momento mismo en el que se produce la lesión. Habitualmente, se identifica dolor localizado en el ligamento dañado, inflamación de la rodilla, derrame y limitación del movimiento articular.

Respecto a las causas que provocan el esguince de rodilla, en el terreno deportivo suelen producirse debido al estrés sometido a la rodilla. Con estrés nos referimos a situaciones de fuertes impactos, giros bruscos y estiramientos excesivos de forma repentina. También pueden dañarse los ligamentos fuera de toda práctica deportiva, en nuestra rutina diaria, debido a subir y bajar escaleras, caminar por terrenos desiguales, etc. Además, existen algunos factores de riesgo que pueden contribuir a padecer un esguince de rodilla. Por ejemplo, alteraciones en la pisada, hiperlaxitud articular, poca masa muscular en los cuádriceps o no estirar antes y después de realizar ejercicio físico.

El tratamiento dependerá del grado de severidad del esguince, que será diagnosticado por el especialista tras una primera exploración de la movilidad de la rodilla. Tras la exploración, se realizaría una radiografía para descartar posibles fracturas y, en caso de ser necesario, al paciente se le practicaría una resonancia magnética. En los casos más leves, y dependiendo también del ligamento afectado, el tratamiento más habitual es la aplicación de hielo y la prescripción de antiinflamatorios. En ocasiones, acompañado de una rodillera que limite la movilidad de la rodilla. Para casos más severos, se inmoviliza la rodilla con escayola y se recomienda el uso de muletas con el fin de que cicatrice el ligamento. Los esguinces de Grado III pueden suponer una intervención quirúrgica y el correspondiente período de rehabilitación.

La fisioterapia Galapagar desarrolla un papel fundamental en la recuperación de un esguince de rodilla. Para cualquier consulta, ¡llámanos!

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